jueves, 31 de julio de 2014

100 años de la muerte de Jean Jaurés

Tan grave como la situación internacional al igual que la probable e inminente guerra, ha sido el crimen atroz de esta noche en París del que yo fui testigo ocular. Es imposible que alguien que conociese a Jean Jaurés no pudiera quererle. Yo estaba cenando tranquilamente con un familiar y un amigo en el Café Du Croissant en la Rue Montmatre cerca de muchas oficinas de periódicos, incluyendo la de L’Humanité. Jean Jaurés también estaba cenando en el lugar con algunos diputados socialistas y miembros de L’Humanité. Llegó más tarde que nosotros. Hablé con él sobre las perspectivas de guerra y de paz. Como todo el mundo, temía que la guerra era llegase, pero todavía quedaba un poco de fe de que Sir Edward Grey pudiera tener éxito en la conciliación alemana. Pensó que si el gobierno francés hacía presión sobre Rusia y el gobierno alemán en Austria, el acuerdo podría llegar. Añadió, sin embargo, que temía que el gobierno francés no pudiera hacerlo. Las últimas palabras que me dijo fueron acerca de Anatole France, el cual debería estar muy afligido por la situación.

A eso de las nueve y media, cuando estábamos terminando de cenar, dos disparos resonaron en el restaurante. Al principio no entendía lo que había sucedido, y por un momento pensé que había un tiroteo en la calle. Entonces vimos que Jaurés estaba tirado en el banco donde estaba sentado y los gritos de las mujeres que estaban presentes nos alertaron del asesinato. Cabe aclarar que el señor Jaurés y sus amigos estaban sentados en un banco de espaldas a la ventana abierta del restaurante y los disparos provenían desde la calle. Jaurés recibió un tiro en la cabeza y un cirujano tuvo que llegar a toda prisa pero no pudo hacer nada. Jean Jaurés moría unos minutos después de cometer el crimen. Mientras tanto el asesino había sido capturado y entregado a la policía, que tuvo que protegerlo de la multitud que se había reunido con rapidez en la calle. A esa hora de la tarde la calle Montmartre estaba llena de voceadores en espera de las últimas ediciones de los periódicos de la tarde. Se dice que el asesino es un miembro de la Real Sociedad de Acción Francesa, pero aún no he sido capaz de descubrir si este informe es verdad o no. Un asesinato más a sangre fría y cobarde que nunca se debió cometer. La escena en el restaurante fue desgarradora, muchos hombres y mujeres se encontraban llorando y su dolor era terrible de ver. Todavía es demasiado pronto para decir cuál es el efecto de la muerte, pero puede ser considerable. Jean Jaurés ha muerto víctima de la búsqueda de la paz para la humanidad.


En cualquier caso, los chovinistas franceses y los reaccionarios no pueden eludir una gran parte responsabilidad de este asesinato. Durante años, sus órganos en la prensa han venido denunciando a Jaurés como un traidor vendido a Alemania y el lenguaje utilizado por Acción Francesa ha sido una incitación directa a su asesinato. He conocido a Jaurés bien y un hombre con tan gran corazón no he conocido nunca en mi vida. Él estaba libre de vanidad y ambición personal, entregó toda su vida al socialismo y a la paz. Su muerte es una pérdida terrible e irremplazable para el Partido Socialista en Francia. El gobierno proclama el luto nacional por la muerte de Jean Jaurés y pide a la población mantener la calma. Un registro se ha abierto en las oficinas de L’Humanité con el fin de que las personas puedan expresar sus condolencias. Cientos de personas se encuentran fuera de la oficina a la espera de poder entrar.